Entrevistando a un Fallecido | William James

William-James-1890

 

En este artículo vamos a simular una entrevista con uno de los psicólogos más  influyentes de la historia de la psicología, William James. Tuvo una brillante carrera en la Universidad de Harvard, donde ejerció como profesor de psicología. Está considerado como el iniciador de la Psicología científica en Estados Unidos, además de ser uno de los filósofos más importantes del siglo XIX. Fue también hermano del conocido escritor  Henry James.

Biografía y Contexto

La biografía de William James es de suma importancia, por la relación que guarda con el desarrollo de la Psicología Científica en Estados Unidos, y como consecuencia, con el resto del mundo:

William James nació en  1842, en Nueva York. A lo largo de su vida recibió formación académica tanto en Europa (por ejemplo, Suiza, Alemania, Francia, Inglaterra…) como en EE.UU.

Concretamente en 1861, decidió dejar sus estudios de arte, para pasarse a la Química y posteriormente a Medicina, marcando así el inicio de lo que se podría considerar como su estudio del ser humano en su interacción mente-cuerpo, oponiéndose con firmeza al reduccionismo presente en su época, lo cual, marcaría el resto de su carrera y lo diferenciaría de otros autores.

Es posible que uno de los acontecimientos que más le haya marcado fuese la expedición por el Amazonas organizada por Agassiz (biólogo, geólogo y paleontólogo; fundador del Museo de Zoología Comparada de la Universidad de Hardvard). Con mucha probabilidad, este hecho abrió la mente del futuro pensador dando forma a las bases de su propio pensamiento.

También es importante tener en consideración las visitas que solía realizar durante los años 1867 y 1868 a los laboratorios de Fechner, Helmholtz, Du Bois-Reymond, y en especial, al de Wundt, quien representaría de manera icónica para Europa, la misma imagen que acabaría representando James para EE.UU.

Primer laboratorio de Psicofísica en Estados Unidos, que marcó oficialmente el inicio de la Psicología Científica en el continente americano. Utilizado en su comienzo por William James para dar clases y hacer demostraciones a algunos de sus alumnos.

Primer laboratorio de Psicofísica en Estados Unidos, que marcó oficialmente el inicio de la Psicología Científica en el continente americano. Utilizado en su comienzo por William James para dar clases y hacer demostraciones a algunos de sus alumnos.

Además, a lo largo de la coetaneidad entre Wundt y James, sus enfrentamientos se fueron manteniendo o incluso intensificando. Wundt llegó a decir sobre Principios de la Psicología (1890), obra escrita por James que consta de dos Volúmenes, que su literatura era bella, pero no era Psicología.

James, después de terminar sus estudios de Medicina, entraría en una depresión, según numerosos entendidos, como consecuencia del determinismo filosófico que se propugnaba en la época con tintes materialistas y reduccionistas, que en el caso de ser ciertos, dejaban al ser humano, y por tanto al joven James, en un mundo predeterminado sobre el que no se puede ejercer ningún control.

Esto último que se ha comentado guarda una gran relación con las teorías Darwinianas de la evolución muy vigentes en la época, que enfatizaban la importancia de la selección natural, la variación y la supervivencia; dejando de nuevo, poco espacio para la libre voluntad.

Finalmente, James consiguió salir de esta “depresión filosófica” ayudándose del razonamiento hecho por Renouvier, que consistía en afirmar que el hecho de defender la libre voluntad ante las pruebas deterministas existentes consistía per se, en un acto de libre voluntad. Con ello, W. James reconcilió los modelos deterministas de la conducta con la concepción de libre voluntad.

En el año 1872 (a los 30 años) empezó a impartir clases como Instructor de Fisiología y Anatomía en Hardvard. Tres años después recibió un curso sobre las relaciones entre Fisiología y Psicología, que le influyó para acabar creando ese mismo año el laboratorio de demostraciones psicofisiológicas, aunque este no fue diseñado de formalmente para la investigación, sino más bien como una herramienta didáctica. Es por esto que, técnicamente, no se puede considerar como el primer laboratorio de psicología, por delante del de Wundt, dada la falta de organización y reconocimiento institucional.

Es conveniente tener en cuenta que durante estos años (1860-1887) tuvo lugar uno de los periodos más ajetreados y violentos, con acontecimientos tales como por ejemplo: La Batalla de Little Big Horn (Junio, 1876); el asesinato del famoso Billy el Niño por Pat Garret (1881); la masacre del 300 indios junto con Toro Sentado en Wounded Knee (1890); entre otros.

William James murió en Estados Unidos el 26 de agosto de 1910.

Obra Más Importante

principiosdepsicologaPrinciples of Psychology (1890)

Principios de Psicología supuso un fuerte impulso para carrera profesional, además de ser considerada como una de los manuales más representativos del siglo XIX en lo que a Psicología se refiere. La misma destaca por sus ensayos empiristas radicales, que recogen una gran cantidad de evidencias sobre Psicología como la experimentación con ilusiones, y el estudio de las áreas cerebrales con sus distintas funciones.

“Hacemos uso solamente de una pequeña parte de nuestros posibles recursos mentales y físicos.” 1 – William James

Interesante mencionar que esta cita, está considerada por muchos como uno de los primeros antecedentes del mito de que el ser humano usa solo el 10% de su capacidad cerebral. Mito por supuesto, enormemente desmentido y rechazado por comunidad científica, pero muy extendido por la sociedad.

 

Entrevista

  1. P – Como no podía ser de otra forma, y antes de entrar en materia, ¿podrías definirnos qué es para ti la psicología señor James?

W.J. – Por supuesto. No debería ser de otra forma, ya que, dependiendo de la concepción que tenga el científico sobre su campo de trabajo, lo estudiará utilizando unos métodos u otros. De hecho, fíjese que cualquier buen manual o escrito, ya sea de psicología o de cualquier otra ciencia, comienza siempre con una explicación conceptual y definición de los temas que se van a tratar.

Pues bien, para mí la Psicología es una ciencia natural, en estrecha relación con la ciencia biológica, que estudia los procesos mentales teniendo en cuenta el valor supervivencia que tienen, tanto a nivel individual, como de especie.

  1. P – Como bien sabes, en esta entrevista nos gustaría centrarnos en especial, en tus estudios sobre la conciencia. Sabemos que la conciencia es un concepto complejo, pero, si pudiese definirla brevemente, ¿cómo la definiría usted?

W.J. – La conciencia a supuesto para mí, desde el principio de mi carrera, uno de los ejes principales de estudio, en torno al cual, giraba gran parte de mi investigación y afán de conocimiento. Antes de entrar en la definición me gustaría enfatizar que mi definición de conciencia puede distar mucho de la de otros investigadores, como pueda ser la de mi coetaneo Wundt.

Dicho esto, para mi la conciencia es una estructura biológica, encargada de facilitar la adaptación de seres complejos, es decir, del homo sapiens, a entornos complicados.

  1. P- Con el fin de poder diferenciar la conciencia de otros elementos mentales, por llamarlos de alguna forma ¿de qué cualidades o características consta principalmente la conciencia?

W.J. – La conciencia yo la concivo con las siguientes características. Ante todo, es personal. Los pensamientos de alguien no son, ni se pueden compartir con otros, por lo menos en su esencia pura. Es selectiva. Es decir, la conciencia se encarga, entre otras cosas, de filtrar el mundo que nos rodea para presentarnos tan solo la información relevante. A esto le llamo yo principio de relevancia, y depende del momento y lugar en el que se esté. Otra característica indispensable de la conciencia es su constante cambio. De tal manera que ningún estado podrá repetirse de manera idéntica dos veces. Por último, su continuidad. La conciencia es un fluir constante, donde pueden aparecer distintos niveles o grados de conciencia, así como interrupciones específicas; por ejemplo, las que aparecen durante los periodos de sueño.

  1. P – En tal caso, lo que quiere transmitir a nuestros lectores es el hecho de que la conciencia es una herramienta, ¿no?

W.J. – Totalmente. El desarrollo de la conciencia nos ha permitido adaptarnos al ambiente, mejor que cualquier otra especie. Esto es lo que ha marcado la diferencia. Es decir, el nacimiento de la conciencia y su mantenimiento a lo largo de la evolución, no fue fortuito, sino que tenía un fin en sí mismo; el de permitir la supervivencia del individuo.

  1. P – Entonces, ¿Qué hace la conciencia para conseguir tal fin?

W.J. – La conciencia sería pues, la encargada de guiar al organismo hacía sus objetivos, seleccionando qué caminos ha de seguir para alcanzar tales metas, de la manera más apropiada.

  1. P – Intuyo, pues, que su concepción de conciencia influye en su forma de ver y definir qué es la psicología, ¿no es así?

W.J. – En efecto. Como bien comentaba al principio, para mi la psicología es, principalmente, el estudio de la vida mental, desde un punto de vista dinámico y relacional. Dicho esto, la psicología deberá estudiar en consecuencia, ateniendose a las característias de este objeto de estudio.

 

  1. P – Entonces para usted, ¿el sujeto, es una pieza fundamentalmente activa en el proceso de estudio de la psicología, que puede interferir en los resultados?

W.J. – ¡Exacto! No concibo el avance de la psicología sin tener en cuenta que el sujeto es una parte más del proceso. De hecho, no es que el sujeto interfiera en los resultados en un sentido negativo, más bien, es el sujeto el responsable, en gran medida, de que se den unos resultados y no otros.

  

  1. P – En tal caso, si usted comenta que el sujeto es solo una parte del proceso. ¿Cuáles serían las otras partes a las que alude?

W.J. – Además del sujeto, encontraríamos otros dos elementos a lo largo del proceso. Uno sería el proceso antecedente y las distintas condiciones inmediatas, que formaría lo referido al mundo de las sensaciones. Y el último elemento sería el proceso consecutivo, es decir, las respuestas; todo lo referente al mundo de los movimientos.

Es por ello, que para mí, el sujeto, o lo que es lo mismo, los procesos centrales, son los que regulan la interacción entre los otros dos.

  1. P – Su concepción de la conciencia guarda una estrecha relación con las acciones motoras, ¿no es así?

W.J. – Rotundamente sí. La incesante corriente de pensamientos, es lo que mueve al organismo. Todo esto nace en el cerebro, que como bien acabo de comentar, es el encargado de comunicar las vías aferentes y las eferentes. El pensamiento de un acto, por ejemplo, tiene como consecuencia una acción, siempre y cuando no haya una inhibición por parte de otra idea presente. Es por esto, e intentando no desviarme del tema, que para mí, es justamente esa acción ideomotora, la ejemplificación manifiesta de la voluntad.

  1. P – ¿Quiere decir que todas las acciones nacen como consecuencia de un procesamiento? ¿No es posible que hayan respuestas automáticas?

W.J. – No, para nada. Es evidente que existen tales respuestas. Defiendo la existencia de conductas involuntarias, congénitas, que no han surgido como consecuencia de un aprendizaje previo, y que permiten la adaptación del ser; aunque sea de una manera estereotipada y algo rígida al medio.

  1. P – Entonces, ¿podría aclararme donde reside la voluntad del sujeto y por tanto, su conciencia y libre elección a la hora de actuar de una u otra forma?

W.J. – Por supuesto. En la conciencia aparecen diversas posibilidades de conducta en forma de ideas, que han sido consecuencia en parte de las experiencias previas de aprendizaje. Pues bien, a través de la voluntad se selecciona una de esas ideas de la conciencia e inhibiría las restantes. El resultado final es una acción motriz. Por lo que, dicho esto, se podría decir que la conciencia se expresa libremente mediante la acción ideo motora.

  1. P. – ¿Se podría afirmar, pues, que la prueba de la existencia de la libre elección, es comprobable a simple vista?

W.J. – En absoluto. Los estados mentales producen tanto cambios observables de manera externa, como cambios inobservables. Por ejemplo, las secreciones producidas por las glándulas corporales, o la presión arterial. Pero eso sí, en cualquier caso, cualquier conciencia es motora.

  1. P – Esto que comentas parece bastante complejo a nivel teórico, por lo que a la hora de estudiarlo debe serlo aún más. ¿Cómo se procedería a la hora de estudiar estos elementos?

W.J. – Bueno, a mí me gusta diferenciar entre el método básico y el método comparado. El primero haría referencia a la clásica corriente de pensamiento que estudia mediante la introspección; tal vez una perspectiva más filosófica, si quiere llamarlo así, aunque se podría matizar. El segundo método al que hago referencia, es el que se produce a través de las manifestaciones, que sería típico de la experimentación.

  1. P – En el caso de que los haya, ¿qué problemas pueden aparecer a la hora de utilizar estos métodos? Porque como bien sabemos, ningún método de estudio es perfecto o completo, ¿no es así?

W.J. – Estoy totalmente de acuerdo, y en efecto, así es. Yo suelo distinguir dos problemas fundamentales a la hora de aplicar estos métodos. El primero sería el lenguaje. Esta cualidad tan humana, no nació con el fin de transmitir los hechos de la conciencia propios, sino que surgió para complacer la necesidad de interacción entre humanos. Por lo que, pueden haber dificultades a la hora de utilizar el lenguaje para estudiar la conciencia y en general la mente humana, y transmitir los conocimientos adquiridos.

El segundo problema que encuentro es el de la falacia del psicólogo. Este se refiere a la tendencia que tiene el psicólogo, como observador de fenómenos, a interpretar sus observaciones, lo que es totalmente natural, pero desde luego perjudica el estudio. En su lugar, el psicólogo debe limitarse a describir sus observaciones sin entrar en el terreno de la interpretación personal.

  1. P – Desde su punto de vista, en el que otorga una importancia central a la conciencia y su carácter motriz, parece que no deja lugar alguno para las emociones. ¿Qué puede decir al respecto?

W.J. – No, para nada dejo de lado las emociones. De hecho, están íntimamente ligadas con todo lo que expuesto. Es más, la emoción es la reverberación orgánica de los movimientos del cuerpo. Esto puede ser algo complejo de entender, pero me gusta ejemplificarlo de la siguiente manera: Cuando vemos un peligro, y salimos huyendo, nuestra mente se da cuenta de que hemos salido corriendo para evitar el peligro; es entonces cuando experimentamos la emoción concordante, que en este caso es el miedo. Es decir, tenemos miedo porque escapamos, y no al revés.

William_James_Sidis_1914

William James Sidis fue un niño prodigio con una carrera corta pero excepcional (1898 – 1944).

  1. P- Bueno, finalizando ya la entrevista, como bien sabe, siempre nos gusta terminar con una pregunta más simpática y desenfadada para nuestros lectores. ¿Sabía usted que tiene un coetáneo con su mismo nombre y apellido, algo más joven, que está considerado por muchos como el hombre más inteligente que jamás a existido? Entre 250 y 300 puntos de cociente intelectual se le atribuyen.

W.J. – Algo había oído, siendo sinceros. Pero a pesar de que respeto el trabajo que inició el señor Binet, y todos los que le han seguido, dudo profundamente que los Test de Inteligencia puedan cuantificar algo tan complejo, como pretenden hacernos creer. Sobre todo si se tiene en cuenta que los procesos de la mente están continuamente cambiando y nunca se dan dos exactamente idénticos. Tal vez, y si se acepta mi perspectiva, deberíamos obtener puntuaciones distintas cada vez que hiciésemos estos test ¿no cree?

  “Todo estado de conciencia a título de tal, sea puro pensamiento o sentimiento, produce consecuencias motoras” (James, 1892, 14)

 

Notas del Autor:

1 Extraído de “Las energías de los hombres”, de William James. Traducido por  Izaskun Martínez.

² Todas las respuestas dadas por William James han sido creadas bajo el sustento y las teorías que él mismo defendía. En ningún momento se ha incorporado o añadido conocimientos o creencias no pertenecientes al autor.

Tortosa, F. y Civera, C. (2006), Historia de la psicología. Madrid: Mc Graw Hill.

William James, The Energies of Men (1906) en Burkhardt F., Bowers F. y Skrupskelis I. (eds.), The Works of William James, Cambridge, MA, Harvard University Press, 1982, IX, pp. 129-146.

Sáiz, Milagros; Historia de la Psicología (2001); ed. UOC La universidad Virtual.

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2 pensamientos en “Entrevistando a un Fallecido | William James

  1. Me alegra ver al genial William James Sidis por este espacio (en él he pensado al ver el título del artículo). Como curiosidad, y aunque en récords universitarios hay casos todavía más asombrosos (cuesta creerlo), dejo un enlace a un documento de la Universidad de Harvard con sus asignaturas y notas durante su estancia en el centro, desde los 11 hasta los 16 años: http://www.sidis.net/transcript1.jpg

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