¿Cómo eligen a sus víctimas los psicópatas?

 

Cómo eligen a sus víctimas los psicópatas - PsicoWisdom

Los psicópatas siempre nos han sorprendido y causado curiosidad. Probablemente como consecuencia de lo tan parecidos y distintos que son al mismo tiempo del resto de la población.

En esta entrada, nos centraremos en dos interesantes experimentos que intentan analizar uno de los posibles referentes que tienen los psicópatas, a la hora de elegir a sus víctimas.

Muy importante dejar claro que no todos los psicópatas son asesinos en serie. De hecho, la mayoría de las personas que podrían ser diagnosticadas como psicópatas son personas que se encuentran en la sociedad sin dañar al resto de las personas (al menos, de forma física). A estos se les puede llamar psicópatas integrados o psicópatas subclínicos.

Algunas de los rasgos más destacables son: Incapacidad para sentir empatía, alto nivel de egocentrismo, incapacidad para crear “planes de vida”, presencia de conductas antisociales sin un motivo que la justifique, incapacidad para sentir remordimientos, mentir casi de forma constante y por supuesto, incapacidad para amar.

¿Quién es Bundy?

Theodore Robert Cowell Bundy, nació el 1946. Fue un asesino en serie, más conocido simplemente como “Bundy”, el cual según las estimaciones, podría haber asesinado en torno a cien mujeres, a las que solía matar rompiéndoles el cráneo. Fue ejecutado en la silla eléctrica el en 1989.

Ted Bundy realizando el juramento reglamentario en un juicio.

Ted Bundy realizando el juramento reglamentario en un juicio.

Una de las últimas entrevistas que vivió fue la que le realizó la psicóloga Angela Book junto con algunos compañeros de la Universidad Brock, de Canadá. Durante la misma, Bundy dijo cosas tales como:

Soy el hijo  de puta más frío que se encontrarán en la vida

Lo cual, no era ninguna novedad. Pero hubo algo que llamó la atención de Book, y fue cuando Bundy afirmó, entre una sonrisa fría y despiadada, que era capaz de saber quién era una “buena” víctima, con tan solo observar la forma de andar de misma.

El experimento

Para comprobar si estaba en lo cierto, Angela Book eligió a 47 estudiantes universitarios varones, a los que les administró un cuestionario específico para medir rasgos psicopáticos en la población general (distintos a los que se administran en prisiones u hospitales).

Una vez obtenidos los resultados, los dividió en en dos grupos (uno con puntuación alta en psicopatía y otro en puntuación baja).

Por otro lado, grabó a 12 sujetos distintos caminando por un pasillo de una habitación a otra. Además, los “paseantes” debían rellenar un pequeño formulario con las siguientes preguntas:

  1. ¿Ha sido víctima de algún acto en el pasado? (Respuesta dicotómica de “sí” o “no”).
  2. Si es así, ¿Cuántas veces ha ocurrido?

Finalmente, A. Book presentó estas grabaciones a los 47 estudiantes, pidiendo también, que puntuasen del 1 al 10 lo vulnerables que parecían a un ataque cada uno de los objetivos.

Los resultados

Las puntuaciones obtenidas, demostraron la afimación de Bundy. Los estudiantes que habían acertado más evaluando la vulnerabilidad de los 12 sujetos, eran también los que habían puntuado más alto en la escala de psicopatía.

El  experimento con psicópatas diagnosticados

Tiempo después, la investigadora decidió replicar el experimento, pero esta vez, con psicópatas diagnosticados clínicamente que residían en una prisión de máxima seguridad.

Los resultados

Como se esperaban, los resultados fueron los mismos, corroborando la hipótesis inicial, pero en este caso, hubo un añadido. Los psicópatas que evaluaron a las personas andando por los pasillos, fueron capaces de especificar (a diferencia del grupo de estudiantes), que la vulnerabilidad la percibían justamente por la forma de andar, y no por otros factores.

 

¿Psicópatas como detectores de mentiras?

Kevin Dutton, doctorado en psicología y miembro de la Royal Society of Medicine, así como investigador en la Universidad de Oxford, después de observar los resultados que se obtuvieron en los experimentos anteriormente tratados, propuso una nueva aproximación al tema. La idea le surgió cuando estando en un aeropuerto, se encontró con un compañero suyo con el que  comentó de forma desenfadada, cuan nerviosa se pone la gente cuando debe pasar por los detectores, aunque no escondan nada.

Fue aquí cuando Dutton se preguntó, si un psicópata podría hacer un bien a la sociedad, trabajando, por ejemplo, en aeropuertos para detectar gente “vulnerable”; o lo que es lo mismo, personas que están intentando esconder algo.

El experimento

Dutton seleccionó a 30 estudiantes universitaros, la mitad de los cuales habían puntuado alto en la Escala autocumplimentada de psicopatía, y la otra mitad bajo.

Por otro lado, había cinco personas (amigos del investigador) que debían entrar por una puerta, y salir por la otra, cruzando de este modo toda la clase. De estos cinco había siempre uno que llevaba un pañuelo rojo.

Para aumentar la motivación de los impostores (los que llevan el pañuelo rojo), y el esfuerzo por pasar desapercibidos, el investigador daba 100 libras (unos 123 euros) a los propietarios del pañuelo. De este modo, si conseguía pasar sin ser detectado, podría quedárselos.

Los resultados

El mismo investigador (Kevin Dutton) quedó impresionado con los resultados:

Más del 70% de los que puntuaban muy alto en la Escala de Informe de psicopatía detectaron correctamente a la persona que escondía el pañuelo. Frente al 30% de los que puntuaron bajo.

«Caballeros, les ruego que no miren. No va a ser bonito.»

 

 Cita de Marcel Petiot,  más conocido como “Dr. Muerte”, justo antes de ser ejecutado en la guillotina (26 de mayo de 1946).

Notas del Autor:

Fuentes: La información acerca de los experimentos ha sido recopilada del libro: “La sabiduría de los psicópatas” de Kevin Dutton.

* ¿No estás de acuerdo con algo de lo expuesto? ¿Tienes dudas? ¿Quieres compartir algo? No dudes en ponerte en contacto conmigo. @DanielTejedor [Twitter]; DanielTejedorPardo [WordPress].

28 pensamientos en “¿Cómo eligen a sus víctimas los psicópatas?

    • Sí! Lo recomiendo profundamente. Suelo ser bastante crítico con los libros de divulgación, pero este está muy bien documentado, cuenta cosas que no había leído nunca (y sí, yo también soy de leer sobre psicópatas jaja) y todo ello, muy bien documentado.

      El autor tiene una página oficial, donde puedes ver ese y otros libros del mismo, que hablan también sobre la psicopatía.

      Gracias por comentar y me alegro de que haya sido de tu agrado. Un saludo.

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  1. Pingback: ¿Cómo eligen a sus víctimas los psicópatas?: Pura psicología

  2. Da que pensar. Aunque parezca algo fantasioso, quizás Incluso podrían «detectar» a otros psicópatas, como se ve en la serie ‘Dexter’ o el mismo Hannibal Lecter. Ya que detectan a la víctima perfecta, no es descabellado suponer que también podrían detectar a la víctima menos adecuada, que no sería otra que uno de su misma categoría: otro psicópata.

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    • Es una hipótesis muy interesante y para nada descabellada. Sinceramente, investigaré y preguntaré a algunos de mis profesores de la Universidad, porque me parece un tema fascinante e incluso con cierta relevancia a niveles prácticos.

      Muchas gracias por comentar. Un saludo 🙂

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    • En el artículo he utilizado el término «vulnerable» en la segunda ocasión, para referirme a las personas que ocultan algo (de aquí el uso de las comillas).
      Vulnerable porque cuando una persona está intentado pasar por una aduana (por ejemplo), drogas o explosivos, es inevitable (a menos que seas un psicópata) que muestre síntomas de que «esconde algo». Estos síntomas, o mejor dicho señales, son como encontrarse en un estado de defensa, donde cualquier estímulo externo puede suponer una amenaza. Este tipo de «estados» son parecidos a los que muestran las personas vulnerables (sumisas, poco agresivas, baja asertividad…).
      De hecho, he usado este término de forma literal a como lo usa el autor en su libro, ya que cuando lo leí me hizo captar muy bien la idea y la sensación que trasmiten en ambos casos, tanto la persona vulnerable per se, como la persona que intenta esconder físicamente algo.

      No sé si me he explicado bien jajajaaja. Espero que sí.

      Un saludo y gracias por comentar 🙂

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  3. Quizás sea mi lado psicópata el que habla, pero me he quedado con la duda: Cuáles son esos indicios en la forma de caminar de una persona que la definen como vulnerable?

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    • Sinceramente, no he encontrado referencias al respecto.
      Cuando se llevó a cabo el estudio, solo se analizaron los resultados a nivel cuantitativo (y no cualitativo). Es decir, se vio quienes y en qué cantidad acertaban en la valoración de vulnerabilidad, pero no se llevó a cabo un análisis más profundo de los motivos, por lo menos en este estudio.

      La verdad es que yo también me he quedado con la duda…

      Siento no poder dar más información en este aspecto…

      Gracias por comentar de todos modos 🙂

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  4. Los rasgos que normalmente denotan inseguridad o vulnerabilidad vienen impuestos por un modo de caminar heterogéneo, en el que no existe una consistencia corpórea general.

    El rostro, al igual que la forma de caminar, son —literalmente— la proyección del carácter y, por extensión, de la personalidad de un sujeto que, durante miles de años, ha sido interpretado inconscientemente como una de las partes clave de la supervivencia humana que, además, forma parte de un mecanismo evolutivo diseñado para procrear y superar correctamente las enfermedades.

    No obstante, el tejido social del ser humano ha terminado siendo lo suficientemente complejo como para viciar o minimizar la lectura que se hace de estos gestos o rasgos.

    En síntesis, se puede considerar que un psicópata es, esencialmente, un ser primitivo y que, por ello, tiene esa facilidad para interpretar rasgos relativamente asociales y ligados estrictamente a nuestra evolución.

    Indirectamente, es también la razón por la que carecen de empatía y no son capaces de desarrollar mecanismos de integración ni conductas asociadas a su entorno cultural.

    Todos los seres humanos son emocionales, no racionales, pero los psicópatas más aún, llegando incluso hasta el extremo de ser simplemente animales.

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    • Una interesante y completa respuesta, antes de nada, muchas gracias por compartirla, pero…

      Un psicópata no es un ser más primitivo que el resto. Es un ser que por una predisposición genética no ha sido capaz de desarrollar los rasgos emocionales que caracterizan al resto de humanos. Opinar lo contrario sería como decir que una persona ciega o con cualquier tipo de enfermedad es una persona más primitiva que el resto. Esto no es así.

      Por otro lado, no es que el ser humano no sea racional, simplemente no lo es tanto como coloquialmente se piensa que es. Lo que significa, que realmente las emociones juegan un papel central, pero no único.
      Luego comentas que «los psicópatas más aún», pero… los psicópatas son precisamente, las personas con el nivel más bajo de emocionalidad. De hecho, suelen puntuar alto en los test de inteligencia, justamente porque no presentan ansiedad y demás emociones que pueden perjudicar a la hora de dar una respuesta correcta (entre otros posibles factores).

      Estás son mis opiniones apoyadas en lo que he ido aprendiendo como estudiante de psicología. Pero, algo que también he aprendido es a barajar la posibilidad de estar equivocado.

      Un saludo, y de nuevo, gracias por comentar! 😀

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      • La predisposición genética a menudo juega un papel comparable al entorno cultural y al aprendizaje, y es importante considerar que los psicópatas no solo nacen, sino que también se hacen; en buena parte, además. Así, por ejemplo, en los entornos empresariales existen en torno al triple de psicópatas que en la población común, y este fenómeno subyace bajo la fenomenología que se produce en un mercado tan agresivo y competitivo como ese que, en estos casos, desarrolla una conducta patológica o psicopática.

        Dicho esto, dije que se pueden considerar «esencialmente» seres primitivos porque la estructura de su pensamiento no sigue el canal común «reptiliano-límbico-córtex», ya que por diversos factores ya mencionados y otros matices socioculturales y genéticos, tienen desvirtuado este camino.

        No conviene categorizar a los psicópatas como personas «carentes de» y, por tanto, comparables a una persona que, literalmente, carece de alguna función común, como puede ser alguien ciego o con algún tipo de minusvalía definida.

        Si bien es cierto que los psicópatas adolecen de una función social importante, no es esto lo que les hace —en esencia— primitivos, sino la fuerza con la que sienten las emociones y la peculiaridad con la que las interpretan.

        De forma sintética, la razón por la que los grandes empresarios son líderes y muchos de ellos tienen conductas psicopáticas o incluso son psicópatas clínicos es por la extraordinaria firmeza con la que toman las decisiones, y este mecanismo debe buscarse en el Sistema Límbico y en su conexión con el neocórtex, que es el que produce la justificación o razón de la emoción.

        Ese sistema es muy directo y está «vagamente intervenido» por la capa o estructura social común bajo la cual las personas comunes piensan dos veces lo que van a hacer antes de hacerlo, y ese es el contexto bajo el que debe considerarse a un psicópata como un ser primitivo; como un macho alfa o un espalda plateada.

        Finalmente, se debe tener cuidado cuando se habla del carácter emocional de un psicópata.

        Estos, carecen de empatía porque la «interpretación» de sus emociones es diferente (como he comentado brevemente antes) y carecen de los mecanismos «racionales» de integración, que son de ámbito social, pero son personas fuertemente emocionales, y esa es la razón por la que actúan con tanta determinación, porque las razones que construyen a raíz de sus fuertes emociones, también son fuertes y, por extensión, determinantes, irrevocables y frías.

        PS. Se dice que las emociones son las que nos hacen humanos por la racionalización que hacemos de ellas en el «neocórtex», no por las emociones en sí mismas, y sin esta racionalización «social», el miedo, que es la emoción más primaria, puede desencadenar verdaderas atrocidades.

        Salu2.

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  5. Estoy de acuerdo con quien afirma que el primitivismo del psicópata le permite escoger a su presa por una serie de rasgos generalistas que muestran su inseguridad. Se trata de personas muy básicas, individuos que poseen formas de actuación propias de depredadores. Cualquier carnívoro (un león, un lobo, un guepardo…) dispone de un ojo clínico que le permite diferenciar al miembro débil de la manada o rebaño de herbívoros del resto de sus congéneres, escogiendo al más fácil de capturar de entre un grupo de aparentes iguales. Es la ley del mínimo esfuerzo y los depredadores la siguen a rajatabla. En el caso de dicho perfil psicológico, estaríamos ante un ejemplo claro de pervivencia de comportamientos presociales en individuos de nuestra especie.
    A propósito, el sujeto afectado por un trastorno límite posee una capacidad similar en detectar las debilidades ajenas.

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  6. Sí, sin duda es mucho más coloquial. Creo que sí este perfil primitivo ha perdurado hasta nuestros días es porque representa una ventaja reproductiva. Aún a riesgo de adentrarme por un camino espinoso, muchas mujeres encuentran a los canallas (en esta definición entrarían psicópatas de muy variado pelaje) sumamente atractivos. Imagino que el motivo podría obedecer a una interpretación sujeta a factores instintivos: el canalla, por su mayor agresividad, es identificado como un buen proveedor.
    Por otro lado, junto a este tipo de gente es dificil aburrirse. La vida adquiere la emoción de estar subido a una montaña rusa de perpetuo recorrido. Lo malo de todo esto, es que un día uno debe bajarse de ella, con las dificultades que representa el hecho de apearse de una atracción en marcha.
    La maldad, sus formas y motivaciones, siempre me interesaron. Publiqué un ensayo sobre el tema, aquí te paso el enlace de la editorial donde encontrarás la reseña: http://www.libreriacirculorojo.com/lafabricadellibro/4541175/de-lobos-y-caperucitas.html
    Un saludo.

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